No se sabe quiénes eran estos magos. Sus nombres y su lugar de procedencia también se nos han ocultado. Lo único que se nos dice es que venían “del oriente”. Si eran caldeos, o si eran árabes, no podríamos afirmarlo. Si aprendieron que habían de esperar la venida de Cristo de las diez tribus que estuvieron en la cautividad, o de las profecías de Daniel, no lo sabemos. Poco importa quiénes eran. Lo que más nos atañe de su historia es la profusa instrucción que contiene. Estos versículos nos enseñan
Page 26